Y eso basta

Teresa García de Santos
2 min readJan 26, 2023

--

A veces la vida me arrastra, me introduce en su torbellino y me asienta en él. En su ritmo, en su ruido, en su dinámica, en su dialéctica. Trato continuamente de acomodarme, de hacerme a él, de seguir su cadencia. Yo quisiera ser como todos, ser del mundo. Y me esfuerzo, me exijo, me impongo y me cuestiono. No sé si estoy bien hecha.

Vivo sin vivir en mí. Pero no como lo hacía la santa. Vivo sin vivir en mí porque trato de arrinconar aquello -esa parte de mí- que me impide parecerme al mundo: ese espacio, ese tiempo y ese silencio que implora de rodillas mi sensibilidad, mi intimidad y mi corazón, ese reposo y quietud que ruegan mis decisiones y mis oraciones. Arrinconar es el intento de todos mis días.

Y, sin embargo, -también todos mis días- Alguien se empeña en darme vida, en devolverme la mía, en reintegrarme a mi ser. Y me frena en seco, me tira del caballo en el que galopo hacia mi Damasco y me grita que así basta, que nada debo hacer, que nada debo cambiar para ser amada.

Descubro su grito cuando soy abrazada de forma prolongada y el otro sostiene todo mi peso y me rodea por entera. Respiro profundamente, mis hombros ceden, mis ojos se cierran y suplico por una eternidad que sea así: un desplomarse en unos brazos acogedores. Ser, ser y eso basta.

También escucho su grito cuando me dejo caer en el banco del oratorio, sin fuerza, sin defensa, sin palabras. Derrumbada. Sin más afán que el de estar delante de Ti. Aquí estoy. Ser, ser y eso basta.

Hoy he vuelto a descubrir su grito en un trabajo de metafísica. El deber era escuchar una pieza de Schubert sin hacer nada. 7 minutos y he sido incapaz: he tratado de analizar la obra, de estudiar su efecto en mí, de interpretar sus movimientos. Nada he sacado en claro. Y lo he intentado una segunda vez: ahora disfruta, Te. Ser, ser y eso basta.

Praia da Falésia (mi nueva playa favorita de Algarve)

--

--